Soy toda oídos. Dime qué se supone que tengo que hacer con este jodido nudo de tripas que consentí en no sé qué momento al decidir esperarte. Dímelo tú, porque a todos los demás les tengo vetada la entrada en este mundo de dos en el que los prohibidos sólo son stops. Enséñame a llevarlo conmigo, a que no duela, ni pese, ni moleste, no quiero ni que me haga cosquillas. Y si no eres capaz, dime, ¿por qué estoy esperando?
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