Resulta

que después de tanto y tan poco, un día descubres que duele menos que ayer aunque hoy esperes más que mañana.
Te sientes algo gigante y hasta te regalarías una palmadita en la espalda, pero aún no, quizá es pronto para asegurar que no volverás a caer pasado mañana. No importa, eres consciente de esa posibilidad, pero esta vez juegas con algo de ventaja, y además ahora mismo estás a tres escalones de lo que estuviste. Ánimo, y nada de suerte, que esto no queda abandonado al azar. Tú has llegado hasta aquí, y tú vas a seguir hasta donde quieras. Adelante!

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